Un cambio en el modelo de TVE



Dos cadenas públicas, Televisión Española en nuestro país y BBC en Inglaterra, pero dos modelos de financiación totalmente opuestos… hasta ahora. Desde sus orígenes, TVE ha visto cómo el hombre llegaba a la Luna, cómo uno de sus directores llegaba a presidente de Gobierno o cómo el temido “efecto 2000” pasó con más pena que gloria por los ordenadores de todos nosotros. Pero lo que nadie podía imaginar es que TVE dejara de emitir publicidad como ya hace la BBC, todo un referente de televisión pública en Europa. Variadas son las ventajas que aporta este sistema, como que el espectador no tiene que aguantar 12 minutos de publicidad por cada hora, ver series y películas del tirón como en el cine, mayor duración de los espacios que sigue y mayor independencia para tratar aspectos conflictivos porque, ¿alguien ha visto en algún medio los problemas que tiene El Corte Inglés con la crisis y los despidos?

Un día marcado

El comienzo de esta nueva etapa tenía en su hoja de ruta una fecha clave: 1 de enero de 2010. Con el comienzo del año nuevo y tras dar la bienvenida a los espectadores, el Ente eliminaba totalmente la publicidad de la parrilla y lo que es más importante, dejaba de ingresar dinero por ello. Alberto Oliart, director de TVE, afirmó en una entrevista en Días como hoy, de Radio Nacional de España, que la publicidad institucional y las promociones sí que seguirán vigentes, mientras que los patrocinios están contemplados en la ley y lo que se ingrese por este concepto se descontará de la aportación del Estado. Él ya había puesto toda la carne en el asador.

Quién paga

En el verano de 2009 la propuesta del Gobierno de cambiar el modelo de financiación de RTVE se hizo pública. Desde esa fecha, no fueron pocas las propuestas y las suposiciones que los periodistas manejaban. ¿La más popular? Mantener la misma fórmula de la BBC: todo aquel consumidor de TVE tendría que pagar una pequeña tasa anual en forma de impuesto. Pero no.

Ante la rumorología muy dada en España, el Gobierno dio a conocer el nuevo modelo. Veía así la luz que dejaba atrás un sistema mixto de recursos publicitarios y subvención que se había demostrado inviable: la subvención que la corporación RTVE recibía de las arcas públicas le llevó a acumular una deuda cercana a los 8.000 millones de euros.

El cambio, el acuerdo firmado para el nuevo modelo de financiación, se basaba en que, a cambio de que TVE no emitiese publicidad, las cadenas privadas aportaran un 3% de sus ingresos anuales -un 1,5% en el caso de las emisoras de pago-. Ahí no acababa la cosa porque las empresas de telecomunicaciones desembolsarían el 0,9%. Además, la Corporación recibiría el 80% de la tasa que cobra el Estado por la utilización del espacio radioléctrico y entorno a 550 millones de los Presupuestos Generales del Estado.

El cambio acompaña a la audiencia

Nada más anunciar esta propuesta, las críticas se sucedieron: los anunciantes aseguraron que se ponía en peligro unos 18.000 puestos de trabajo que afectarían a la productividad de 4.637 empresas publicitarias, una ligera subida de precios, mayor saturación y una clara pérdida de competitividad y la Asociación Profesional Libre e Independiente advirtió de la posibilidad de despedir a 140 comerciales que trabajaban en TVE. Y esto, en los tiempos económicos que acechaban a mediados de 2009, no auguraban un buen camino.

Pero este tipo de polémica no ha interesado a la audiencia y respalda día a día, mes a mes –y ya han pasado cuatro meses del cambio- al convertir a TVE como la cadena más vista en lo que llevamos de año gracias al éxito de espacios como las diferentes ediciones de sus informativos, La hora de José Mota, En nombre del amor, Amar en tiempos revueltos o las diversas competiciones deportivas que cubren, como el fútbol –Champions League- y el Mundial de Motociclismo.

Elaborado por: Carlos García-Alcañiz

Categoría de tema: REPORTAJE

Fuente foto: TVE

Fuente información: TVE, 20 minutos, El economista

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