La tele es mi vida

Sentarse plácidamente en el sofá de casa, encender la televisión y comenzar el zapeo es el ritual que siguen día a día millones de españoles, pero hay una pequeña parte de la población que tiene que dar un paso más para ello. Los 4.500 audímetros instalados en los hogares españoles son los responsables de la medición televisiva y, por eso, requieren de un tratamiento especial y un paso más para consumir productos audiovisuales.

Para comprobar de primera mano cómo funciona este dispositivo, nos trasladamos hasta el hogar de una madrileña, en plena capital, para ver de primera mano cómo se pone en marcha el proceso de “voy a ver la televisión” con el audímetro como supervisor.
Lo primero que hay que hacer es identificarse ante el audímetro para que la pantalla del televisor se encienda, de lo contrario, no lo hará. En el caso de estar en una familia con padre y madre como cabezas de familia, y un niño a su cargo como es el caso, todos y cada uno de ellos tienen su código. Pero, ¿por qué? Muy sencillo, imaginemos que el padre tiene 45 años, es funcionario, le gusta mucho el entretenimiento, tiene un nivel cultural alto y pertenece a la clase media-alta. Este conjunto de datos es básico para que las cadenas conozcan el perfil de sus espectadores o mejor dicho, las características sociodemográficas de las personas que consumen determinados programas. ¿Y? Las cadenas y los anunciantes adecúan en un mismo espacio contenidos y publicidad para dirigirse a su público objetivo.

Ante el televisor estamos Ana –nombre en falso- y yo. Ana es responsable del buen funcionamiento del aparato y de su correcta puesta en marcha. Desde la empresa de medición le dijeron que cualquier invitado que se ponga frente al televisor debería computar en la medición, y no queremos ser menos. Apretando un botón al lado de los asignados a los tres miembros de esta familia, yo ya quedo registrado y podemos empezar a ver la televisión normalmente.
Este proceso hay que repetirlo siempre que se pone Ana, José –el padre- o Iván –el más pequeño de la casa- a ver la tele, y si los tres están en ese momento delante de la pantalla, cada uno tiene que apretar su botón.
Todo este ‘sacrificio’ también tiene su recompensa. Pasado un tiempo, Ana, José e Iván recibirán un regalo por parte de la empresa de medición siempre y cuando hayan actuado de buena fe. Viajes, juegos y alguna que otra sorpresa por portarse bien.

Elaborador por: Carlos García-Alcañiz

Categoría de tema: Crónica en vivo

Fuente fotos: variado Internet

(P.D. Por respeto y privacidad, no realicé fotos, así que las tomé de Internet. En materia de dar información respecto a quién posee audímetros, puedes tener problemas legales)